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4 mayo, 2018
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13 septiembre, 2019

Cuenca de Villa – El Bagre: Un territorio forestal

Desde la Corporación Trópico Diverso se ha construido un enfoque que señala que la rehabilitación de una cuenca debe abordarse desde la mirada ecológica para la recuperación del entorno natural, pero también desde lo productivo, a través de la vinculación activa de las poblaciones que hacen parte de las cuencas. Desde el año 2010 se han adelantado actividades que buscan compatibilizar los propósitos de conservación y desarrollo en la Serranía de San Lucas

En este sentido se inició un esfuerzo en El Bagre, principalmente en la Cuenca de Villa. El cual se realizó en dos momentos, el segundo de ellos se abordó la rehabilitación de la Cueca desde en un convenio en el que participaron la Corporación Trópico Diverso, el Programa Oro Legal de USAID y la Asociación Intercultural por la gente y los bosques de la Serranía de San Lucas.

El proyecto pretendió contribuir al mejoramiento del entorno natural y la calidad de vida de la población del municipio de El Bagre a través de la dinamización de la economía en el corto, mediano y largo plazo, de la incorporación del papel del árbol dentro de las economías rurales, del impulso al desarrollo de una economía forestal rural de las poblaciones tradicionales del campo y la conservación de los bosques.

Para ello se implementaron estrategias como el enriquecimiento de rastrojeras, establecimiento de sistemas silvopastoriles con especies de importancia ecológica y comercial, establecimiento de sistemas apícolas, diálogo de saberes y participación incluyente

El enriquecimiento de rastrojeras permite la recuperación del Entorno Natural, pues incluye los espacios en barbecho en la planificación de la finca, así estos espacios que antes eran susceptibles a desaparecer debido al cultivo para la producción de los alimentos de la familia y posteriormente se convierten en ganado, logran a través del enriquecimiento con especies valiosas toman otro significado para las familias e ingresan dentro de los usos productivos de la finca en el largo plazo, pues se constituyen en un medio para alcanzar la Pensión Forestal campesina y abordar la vejez incierta de los pobladores rurales.

De otro lado los sistemas silvopastoriles permiten dinamizar la economía en el mediano plazo, mejorando la productividad de sus potreros y permite hacer un tránsito a un uso más sostenible de la finca al incorporar árboles en los sistemas ganaderos, que lleva a mejores y más eficientes prácticas de usar el suelo.

Si bien el proyecto no estableció en esta oportunidad, sistemas apícolas se resalta la importancia de este componente pues permite dinamizar la economía en el corto plazo, aportando a la resolución de las necesidades del presente y dentro de las virtudes más importantes de la apicultura se resalta la reconstrucción de la relación árbol – campesino. Los espacios con árboles se convierten en la fuente de alimento para las abejas y ello motiva a la conservación

Todo este proceso se llevó a cabo a partir de la participación incluyente pues se reconoce que la siembra de árboles no puede desligarse del proceso de transformación social que ello implica, sembrar árboles motiva a pensar en el largo plazo. Es por esto que es fundamental, además, de sembrar árboles, sembrar y mantener la semilla de reconocerse como silvicultor en el corazón de los campesinos.

Este proyecto logro establecer 200ha de rastrojeras enriquecidas con especies como caoba (Swietenia macrophylla), abarco (Cariniana pyriformis), cedro (Cedrella odorata), caracolí (Anacardium excelsium), polvillo (Tabebuia serratifolia), vara de humo (Cordia gerascanthus), realizar el manteamiento de 360ha de rastrojeras que fueron enriquecidas desde el 2012, se establecieron 200ha de sistemas silvopastoriles y se cuenta con 1.800 colmenas que han fortalecido la productividad de las familias. Todo ello se realizó a partir de un proceso de fortalecimiento de capacidades e intercambio de saberes con 260 familias, en 24 veredas, en donde se logró sembrar cerca de 63.000 árboles.

A pesar de que el proyecto culminó en el 2017, se conservan los retos de lograr consolidar el rol del campesino silvicultor, aunar esfuerzos para garantizar los mantenimientos de los árboles sembrados y continuar en la gestión de proyectos productivos que dinamicen la económica en el corto plazo.

Preparado por: M. Elizabeth Castaño Quintero